¿Ganaste o perdiste?

No siempre parece que lo acabe todo el mundo de tener claro... cuando trabajas en algo relacionado con el deporte, la pregunta que da título a esta entrada del blog te asalta casi a diario. Vivimos en la sociedad en la que los informativos deportivos se parecen preocupantemente a la prensa rosa (salvo honrosas excepciones) y en la que si ganas eres célebre, eres importante y vales un potosí, ahora bien, si pierdes, serás objeto de las iras y del olvido de todo el mundo.

"Aceptamos pulpo como animal de compañía", aunque a los que nos gusta el deporte, se nos erice el vello cada vez que vemos los juicios populares que se ejercen contra los deportistas que no ganan todo, y que cuando ganan son héroes y si pierden pasan a ser villanos automáticamente.

El viernes, asistí a una conferencia del Profesor David Llopis Goig, de la Universidad de Valencia, responsable del área de psicología de categorías inferiores del Levante U.D. y una reflexión suya en plena intervención vino a decir lo que llevo pensando varios meses y que todavía no había hecho público en nuestro blog.

En edades de formación, en nuestro caso en la Escuela, utilizamos muchas veces la pre-competición o la competición adaptada como un instrumento más en el que apoyarnos para llevar a cabo una formación integral, pero ni de lejos es el objetivo prioritario ni pretendemos que lo sea nunca.

Hay cosas muchísimo más importantes en la formación de nuestros pequeños, y ya se puede leer entre líneas que la victoria o la derrota, nos preocupa bien poco en sí misma. Y me explico:

Como decía el profesor Llopis, si nos preocupamos por preguntar a padres y a entrenadores por si es más importante con los niños/as GANAR o enseñar a competir, formar, enseñar valores, dotar al alumno de estrategias, enseñar bien los modelos técnicos, crear una base de conocimientos y si se da la opción ganar... ¿qué elegimos todos de manera consciente y sin dudarlo? seguro que la segunda parte.

¿Pero qué ocurre cuando el padre o madre no asistió ese fin de semana a la competición o al evento de su hijo/a y éste entra por casa? ¿Qué es lo primero que le pregunta éste/a a su hijo/a?

¿GANASTE?

Y nos preguntamos los que nos preocupamos por todo lo que hay detrás del hecho en sí de la competición, ¿cómo convencemos al alumno/a de que la victoria no lo es todo, si en casa lo que importaba era solo el resultado?

No decimos con ello que a los entrenadores no nos guste ganar o que los alumnos sean destacados deportistas en sus confrontaciones, pero... tenemos que darnos cuenta de que los niños/as están en una escuela y que están aprendiendo. Dejémoslos fuera de esa presión del mero resultado unos años más, que luego ya llegarán otras etapas donde serán señalados o no por sus medallas y no por su buen hacer.

elo