ORGULLO

Este año he tenido el privilegio de ver como se "licenciaban" tres alumnos de los de toda la vida, permitidme la licencia de usar el término licenciarse para referirme al paso a cinturón negro de estos tres alumnos: Susana, Sara y Yago. El examen fue el dia 11 de Agosto por la mañana y su preparación se remonta años atrás. No ha sido un año fácil para ellos, desde que se decidieron a afrontar el reto de este examen hasta su celebración, ha habido momentos de enfado, de rabia, de preocupación y de duda, pero también ha habido momentos de muchísimo trabajo, implicación, dedicación, satisfacción y crecimiento.

Los tres han mejorado un montón, han aprendido a ser autoexigentes y a no ser conformistas con cualquier cosa ni cualquier nivel. Una vez más he de pedirles disculpas por mi nivel de exigencia, por aguantarme o tolerarme en cada detalle, en cada corrección y en cada vuelta a empezar.

Sigo pensando que cada paso que se da en el judo es tan personal y diferente como cada uno de los judokas que lo afrontan. 

Yo me siento orgulloso y satisfecho a partes iguales. Y también liberado, ya que la responsabilidad adquirida de dar lo mejor con cada uno de ellos es para mi enorme. Ahora todo trabajo compensa con creces el esfuerzo, y el hecho de que los tres hayan obtenido el objetivo es un motivo de alegría, pero yo me quedo con el proceso, la mejora y la lucha.

Pido disculpas si me he equivocado o si no lo hice todo lo bien que se puede hacer, pero os he dado todo lo que he podido, todo lo que sé y con toda la dedicación que he podido.

Ahora que tengo que agradecer la colaboración no me olvido de mucha gente, de mis compañeros de fatigas Fon y Fran, por su labor técnica y a Pablo Güimil por haber convencido en su dia a Susana de que podía afrontar el reto del judo, a los ukes: Susi, Lois, Uxía, Diego y tantos otros, a todos los compañeros del club que hicieron piña y siempre estuvieron ahi para animar, a Santi y a Bea, por las largas charlas que me toleraron (ellos saben) a Ramón que siempre me preguntaba por vuestra evolución y a Patri por aguantarme en los momentos de desahogo, que hubo muchos toda la temporada y sobre todo en los últimos meses (dicen que tiene mucho mérito convivir con un perfeccionista) y sobre todo a Susana, Sara y Yago por aguantarme y permitirme aprender tanto de cada uno de vosotros.

El judo comienza ahora, ahora que hemos dado este paso tan grande y que hemos aprendido cosas que son muy importantes en la forja de todo buen judoka, ahora sois mejores judokas pero hay que seguir creciendo.

Lo que yo siento es ORGULLO, porque habéis demostrado de la madera de la que estáis hechos y habéis dado todo en el proceso y ahora sólo queda disfrutar y continuar aprendiendo.

Gracias por haberme permitido compartir este tramo tan estupendo de vuestro camino de aprendizaje con vosotros. Sigamos caminando.

Elo